Ficha del festejo:
Plaza de toros de Nuevo Progreso, Guadalajara (México). Tres cuartos de entrada. Se lidiaron toros de Campo Real (noble pero flojo), Xajay (con movilidad y transmisión), Teófilo Gómez (con calidad pero a menos, premiado con arrastre lento), Campo Real (se lesionó el pitón izquierdo, flojo), Barralva (violento), Bernaldo de Quirós (séptimo como sobrero de regalo, bueno y noble).
Morante de la Puebla (de catafalco e hilo blanco): Silencio tras aviso, oreja y silencio.
Diego Silveti (de nazareno y oro): Palmas, división de opiniones, silencio y herido en el de regalo.
Crónica:
La plaza de toros de Guadalajara ha respondido al
esperado duelo entre Morante de la
Puebla y Diego Silveti. La afición azteca, que llena en sus
tres cuartas partes la plaza Nuevo Progreso, ha obligado a saludar a sevillano
y mexicano. Abrió plaza un toro cornipaso y muy bien presentado de Campo Real
al que Morante recetó verónicas de mucho aroma y compás. El sevillano tan sólo
pudo dejar detalles de su tauromaquia como en un torero inicio por alto y una
serie muy templada sobre la mano derecha ante un ejemplar que se vino abajo
demasiado pronto.
Sentido brindis al público de
Morante en el tercero, un toro de Teófilo Gómez, con clase y buen son. Faena
fundamentada sobre la diestra, de más a menos, e iniciada ayudándose por alto.
Belleza y expresión. El sevillano se sintió en derechazos que tuvieron hondura,
profundidad, sentimiento y ligazón. Se relajó el de la Puebla y el toreo surgió
con naturalidad por ambos lados. Inspiración y creatividad. Una tanda por la
izquierda tuvo trazo largo y mano baja. Finalizó con ayudados por alto y
trincherazos muy jaleados por el público. Remató su actuación de media estocada
en el segundo encuentro.
Hermosas fueron las verónicas
de recibo al quinto, un toro protestado tras lesionarse el pitón izquierdo al
rematar en el burladero de matadores. Chicuelinas con garbo y suavidad del
sevillano en el quite. Equivocada fue la decisión del juez de plaza de no
devolver a un toro mermado y flojo. Hubo un esbozo de faena pero el sevillano,
con el público en contra, optó por abreviar. Desafortunado con la espada.
Variado se mostró Diego
Silveti, en el recibo a la verónica y en un galleo por chicuelinas para llevar
al toro al caballo. El torero de dinastía estuvo firme y asentado en una labor
en la que trató de llevar con templaza la desclasada embestida de un toro que
pese a que tuvo movilidad y emoción le faltó calidad. Actitud de Silveti en un
conjunto meritorio que coronó de una estocada tras pinchazo.
Bajo y bien hecho el cuarto de
Los Encinos, protagonizó un buen tercio de varas. Silveti ejecuta un emotivo
quite por saltilleras, con revolera y brionesa de remate. El mexicano brindó a
Morante una labor esforzada, dispuesta pero sin continuidad ante un toro
orientado, de corto recorrido, deslucido y que nunca se empleó.
Cerró plaza un toro de
Barralva. Diego Silveti fue todo entrega en una labor de largo metraje en la
que se la jugó de verdad, con valor y disposición frente a un astado violento y
complicado. Antes quitó por gaoneras. El mexicano puso la emoción en los
tendidos con arrucinas, pases por la espalda y unas bernadinas de gran ajuste y
exposición.
Diego Silveti regaló un
sobrero, con el hierro de Bernaldo de Quirós, bueno y noble. Tras un par de
series sobre la diestra, con temple y entidad, la faena bajó sobre el pitón
izquierdo al igual que su oponente. Volvió a la diestra donde la faena creció
pero con el toro más aquerenciado en tablas fue volteado de forma muy violenta,
cayendo de cabeza al suelo de fea manera y sufriendo una cornada en el gemelo
derecho y una contusión cervical. El azteca pasó a la enfermería donde fue
intervenido.
Fuente: Aplausos.es
Fuente: suertematador.com
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