viernes, 27 de enero de 2012

San Cristóbal (Venezuela), día 26 de enero de 2012

Ficha técnica:

Ficha del festejo:
Plaza Monumental de San Cristóbal. Segunda de feria, Media entrada. Ganaderías: La Consolación (1º y 6º), Rancho Grande (2º, 3º y 5º), El Prado (4º) y Rancho Alegre para rejones (7º). Bien presentados, destacando por su nobleza los lidiados 1º y 3º, de nombre "Coquito" Nº 138, de 446 kilos, negro mulato listón, al que se dio la vuelta al ruedo póstuma. Bravo y con transmisión el lidiado en séptimo lugar, para rejones.

Erick Cortés (de celeste y oro): vuelta al ruedo y palmas.

Morante de la Puebla (de fucsia y oro): Silencio y ovación tras aviso.

Manuel Jesús "El Cid" (de azul rey y oro): dos orejas y ovación.

Jose Luis Rodríguez: Dos orejas.

Crónica:
La primera tarde de feria, tuvo un nombre: Manuel Jesús El Cid. El torero sevillano logró el primer triunfo de San Cristobal tras cortar dos orejas en una actuación en la que brilló su toreo al natural. Morante de la Puebla dejó detalles toreros y pudo cortar una oreja de no ser por la espada. Sí triunfó el rejoneador José Luis Rodríguez, que paseó dos trofeos. El local Erick Cortes dio una vuelta al ruedo

El Cid, se entendió a la perfección con el tercero de la tarde, desde que lo recibió con el capote. Su faena de muleta alcanzó cotas altas en temple y ligazón por naturales que pusieron al publico de acuerdo. Con la afición volcada en él, la estocada precedió al doble trofeo. Con el sexto, floreció la entrega y sobre todo voluntad de agradar ante un toro sin fuerzas.

Morante de la Puebla, abrevió sin darse coba ante la falta de fuerzas y casta de su primero. En cambio apareció su personalidad torera con el quinto. Basó Morante su quehacer en consentir con mucho temple las mansas embestidas, para lograr robar tandas meritorias por el piton derecho. Pudo haber cortado una oreja de no fallar con la espada.

El rejoneador José Luis Rodríguez, cerró plaza con un toro bravo, que transmitía en las embestidas, y al que aprovecho en todo momento. Primero con el rejón de castigo y las banderillas y posteriormente, con adornos, logró calar en el tendido. Su certero rejonazo de muerte le dio pie a las dos orejas.

Erick Cortés, su primero le ha dejado gustarse, en el saludo a la verónica siempre de adentro afuera y ligando con chicuelinas en los medios. En la muleta un inspirado temple predomino en su faena aprovechando al toro por ambos pitones, sobre todo en tres tandas de naturales, y eso si, siempre manteniéndose en los medios, y que pudo elevarlo a un gran triunfo pero que perdió por el mal juego de la espada. La vuelta supo a poco. Con el cuarto, un toro de inciertas y cambiantes embestidas, tuvo el merito de insistirle, de aguantarle para lograr encausar sus embestidas. Otra vez la espada le roba el trofeo.

Fuente: Mundotoro.com



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