miércoles, 20 de marzo de 2013

Valencia, día 19 de marzo de 2013

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Valencia. Última de la feria de Fallas. Tres cuartos de plaza. Se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq y Parladé (2º bis y 3º) bien presentados y de juego desigual; y otro sobrero de Jandilla lidiado en 6º lugar de buen juego. Tras romper el paseíllo se retiró el alguacilillo de la plaza Gabriel Hernández, cortándole el plumero del sombrero Enrique Ponce en presencia de sus compañeros de cartel.

Enrique Ponce (de azul rey y oro): Silencio tras aviso y ovación con saludos tras aviso.

Morante de la Puebla (de sangre de toro y oro): Silencio y vuelta al ruedo tras petición.

Daniel Luque (de azul marino y oro): Oreja y dos orejas.

Crónica:

Lo mejor de la feria se vivió en la última corrida. Día grande y tarde de toreo grande con un Ponce templado, un Morante inspirado y un arrebatado Luque. Los tres pudieron salir a hombros pero la espada, dejó sin premio a Ponce y Morante. Importante la tarde de Daniel Luque en Valencia. Tres orejas y puerta grande de ley, de verdad.
El sexto, devuelto por inválido, fue sustituido por un sobrero de Jandilla, bravo. Luque brindó la última faena de la feria al alguacilillo que se retiraba, Gabriel Hernández. Faena de menos a más, en la que los mejores momentos llegaron al final, cuando toreó de verdad, cuando sometió al toro por abajo, gobernando la embestida y llevándola larga. Respondió el toro al mando, al toreo por abajo y siguió Luque toreando en una segunda faena que sí tuvo gran calado. Gran toro el de Jandilla, ganadería que ha cuajado una gran feria. Importante Daniel Luque, arrebatado, con ganas, torero y muy firme. Culminó con las luquecinas, que llegaron mucho al público. Mató de una gran estocada que le valió el premio de las dos orejas. Puerta grande de ley. Ovación para el toro en el arrastre.
Daniel Luque recibió con buenos lances a la verónica al colorado tercero, con el hierro de Parladé. Bien Antonio Manuel Punta en banderillas, pero sin desmonterarse. Aunque no iba sobrado de fuerzas, tuvo calidad el toro. Luque lo sujetó bien sobre la diestra sin obligarlo, gustándose, acompañando la embestida, encajado de riñones, rota la cintura. Le bajó la mano con la zurda pero no hubo acople por ese pitón. Acompasados resultaron los ayudados para cerrar al toro. Torería en un pase del desdén. Faena elegante, por encima de las condiciones del toro. Mató de una buena estocada, pelín caída si cabe. Oreja.
La magia llegó a la plaza de toros de Valencia con Morante de la Puebla en el quinto. La faena de la tarde, de la feria quizá. Para recordar. Completa de principio a fin. De capote a muleta. Torería y distinción en el toreo del sevillano, que enloqueció al público valenciano. Morante se salió hasta los medios en las verónicas de recibo, a cada cual mejor. La media tuvo aires de toreo antiguo. Siguió toreando por verónicas, replicó Luque por templadas gaoneras y volvió Morante por chicuelinas de mano baja que tuvieron cadencia. Noble fue el toro, que no se cansó de embestir. La faena de Morante con la muleta fue de menos a más y poco a poco fue construyendo una obra de calidad. Despaciosidad en el trazo, cadencia, compás, el toreo de sentimiento que muy pocos saben interpretar. Dos ayudados por alto tuvieron empaque y sabor. Un pase de pecho kilométrico, largo y sentido, hizo sonar un olé rotundo. Se durmió en las últimas tandas de derechazos, encajado, templado y toreando con una despaciosidad sin igual. Mató de un pinchazo hondo y dos descabellos. Dio una calurosa vuelta al ruedo tras una fuerte petición de oreja.
El segundo, de pelo jabonero, fue devuelto por flojo. El sobrero llevaba el hierro de Parladé. Morante lo recibió con verónicas de su sello rematadas de dos soberbias medias y una preciosa revolera. El toro mostró su buena condición en los primeros tercios, sobre todo por el pitón izquierdo; por el derecho lanzaba un tosco gañafón. Puso en apuros a Lili en banderillas, haciéndole hilo hasta tablas. El toro tenía bondad, aunque le faltaba empuje. Morante porfió con él en la muleta pero nunca sin comprometerse. No vio opciones de lucimiento y optó por abreviar. Mal con la espada, echó mano del descabello y tras fallar un golpe, el toro hizo por él de punta a punta de la plaza, lanzándole un derrote que sólo atravesó la taleguilla por fortuna. Pasó a la enfermería, donde se le apreció un corte en el pie provocado por el descabello.
El cuarto salió enseñando su buena clase y nobleza, condiciones que aprovechó Enrique Ponce para estirarse con gusto a la verónica. Bien después en el quite por delantales y en una larga cordobesa para dejar al toro en el caballo. Entró al quite Morante por verónicas, una de ellas, a cámara lenta, de cartel de toros. En este toro el de Chiva se pudo quitar la espinita del primero y toreó con elegancia, naturalidad, temple y buen gusto. Ponce supo tirar bien del toro, llevándolo con la mano baja muy toreado. Bien sobre ambos pitones en una faena marca de la casa, que tuvo elegancia y torería. Lo emborronó todo con el mal uso de la espada. Fuerte ovación.
No comenzó bien la tarde con un primer toro imposible, inválido, sin fuerza ni clase alguna. Ponce, que vio que no podía lucirse, abrevió pronto, pasaportando al toro de una estocada casi entera.

Fuente: Aplausos.es


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