Plaza de toros de Huelva. Tres cuartos de plaza. Se lidiaron toros de Jandilla, correctos de presentación, nobles y manejables en conjunto pero justos de raza. Saludaron tras parear al segundo Juan Sierra y Guillermo Barbero, quien también lo hizo en el quinto con Joselito Guitiérrez.
Morante de la Puebla (de grana y oro): Oreja y ovación con saludos tras dos avisos.
Miguel Ángel Perera (de verde manzana y oro): Ovación con saludos en ambos.
Alejandro Talavante (de tabaco y oro): Oreja y ovación con saludos tras petición.
Crónica:
Morante de la Puebla paseó la primera
oreja de la tarde del noble y manejable jandilla que abrió plaza. El sevillano
dejó lances marca de la casa en el recibo y se lució en un posterior quite por
chicuelinas. La faena tuvo como principal argumento tres series sobre la
diestra armoniosas, preciosas, en las que toreó despacio y con ritmo. Duró poco
el toro que se rajó en la tercera tanda. Muy bonitos fueron los adornos y
remates finales, coronando su actuación de una estocada. Su segundo resultó
desclasado, embistiendo con la cara alta y sin ritmo. El sevillano estuvo mucho
tiempo delante de él, en faena larga y empeñosa, de mucha voluntad y en la que
le buscó las vueltas al toro. Le regaló pocas embestidas el de Jandilla, pero
cuando lo hizo el de la Puebla toreó con belleza y gusto. Hubo pinturería en
los adornos dentro de un conjunto intermitente. Estocada. Ocho descabellos.
Ovación.
Noble pero flojo fue el segundo que se encontró enfrente a
un Miguel Ángel Perera muy templado. Perfecto el torero extremeño que corrió la
mano con pulso y tacto sobre el pitón derecho. Le costó desplazarse al toro por
el izquierdo y la faena perdió continuidad. Antes, Perera se mostró variado con
el capote: verónicas a pies juntos, tafalleras, chicuelinas y remates a una
mano. Estocada baja. Muy buena faena de nuevo ante el quinto, otro animal noble
y manejable pero justo de raza y fondo. Con el temple por bandera, Perera se
mostró muy por encima de las condiciones del toro en una faena de más a menos y
en la que terminó en terrenos de cercanías.
Alejandro Talavante anduvo muy por encima del noble aunque
soso tercero. Bien técnicamente el torero, que logró muletazos largos y
templados al natural. Sin grandes alardes, el extremeño cuajó una faena sólida
en la que destacaron los remates de pecho y las trincherillas. Una estocada en
buen sitio le valió un trofeo. El sexto fue un toro noble pero rajadito al que Talavante
cuajó una faena a más. Especialmente buena fue la segunda parte del trasteo,
más ligada y reunida. Mató de una estocada defectuosa y a pesar de la petición
de oreja, todo quedó en una ovación
Fuente: Aplausos.es
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