Plaza de Toros de la Malagueta. Lleno de "no hay billetes". Se lidiaron toros de Zalduendo (1º) devuelto, Garcigrande, rajado; Juan Pedro Domecq, sin empuje; Victoriano del Río, manso; Jandilla, manejable; Domingo Hernández, deslucido y un sobrero de Victoriano del Río (1º bis) noble y flojo.
Morante de la Puebla (de obispo y oro): ovación con saludos tras aviso, silencio y ovación con saludos.
Julián López "El Juli" (de verde hoja y oro): ovación con saludos, silencio y ovación con saludos tras aviso.
Crónica:
Se colgó el cartel de "No hay
localidades" en Málaga para presenciar el mano a mano de dos grandes como
Morante y El Juli. Gran expectación, a pesar del mal tiempo. Con 20 minutos de
retraso comenzó el festejo debido a que se tuvo que acondicionar el ruedo tras
las fuertes lluvias caídas.
Tarde para aficionados, con detalles muy toreros
por parte de ambos protagonistas, que estuvieron muy por encima de sus
oponentes. Falló el toro, pero no los toreros.
El primero de Zalduendo fue devuelto a los corrales
por inválido y en su lugar salió un sobrero de Victoriano del Río, noble y muy
flojo, que se quedaba parado al tercer muletazo. Variedad capotera de los
protagonistas, quitó El Juli por chicuelinas y cordobinas, respondiendo Morante
por delantales. El de la Puebla realizó una faena larga aunque intermitente,
con pases sueltos sobre la diestra que tuvieron torería. Mató de un pinchazo y
una media.
Fue el tercero un toro con poco empuje y de medio
recorrido con el que Morante de la Puebla lo intentó pero sin poder lograr
nada. El sevillano lo despachó de una media atravesada y un descabello. Lo
mejor fue un quite por tapatías de El Juli.
Al de Jandilla lidiado en quinto lugar, Morante le
recetó cuatro lances a la verónica de gran categoría. La labor de José Antonio
con la muleta tuvo calidad sobre todo en el toreo al natural. Mucha voluntad
aunque algo intermitente la faena por culpa de un toro flojo. Mató de un
pinchazo y descabello.
El primero de El Juli fue un toro de Garcigrande,
rajado y que fue mejorado por el torero en una faena de dominio total, basada
en la ligazón y en la que el madrileño no dejó pensar al animal en ningún
momento. Con el toro ya rajado al final de la faena, El Juli lo fijó con valor en
terrenos de cercanías. La espada, que quedó baja y atravesada, le quitó el
premio.
Manso y con mal estilo fue el cuarto, un toro de
Victoriano del Río que hasta resultó imposible para un voluntarioso Juli, que
muy poco pudo hacer. Mató de dos pinchazos y una estocada.
El sexto, de Garcigrande, también resultó
deslucido. Manso y falto de raza. El Juli lo recibió con una larga cambiada en
la puerta de chiqueros. El madrileño se impuso en una labor dominadora en la
que exprimió a su oponente a base de mucho esfuerzo, con momentos de ligazón.
Mal con la espada Julián.
Fuente: Aplausos.es
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