No sirvió el toro que cerró la corrida, un remiendo de Sorando muy justito de fortaleza y sin empuje. Cayetano, más voluntarioso que templado, acabó por darle fiesta a su manera por los dos pitones tumbándolo de una estocada que fue lo mejor de su actuación y que propició la petición de oreja que fue concedida.
Morante salió arreado ante el quinto, un manso de libro. Gran esfuerzo del torero sevillano, que arropado por el público acertó a meterlo en la muleta en una labor larga, repleta de detalles, que tuvo mucha exposición por momentos y en la que incluso acabó apuntillando al de Zalduendo ante el fallo del tercero de su cuadrilla. Cayeron las dos orejas.
Lo vivido ante el cuarto fue una obra made in Ponce. No pareció el de Zalduendo que iba a desarrollar lo que fue en el tercio de muleta, en el que el torero de Chiva, de menos a más, se metió a
El tercero de la tarde, feo de hechuras, tomó sin embargo los engaños por abajo y desarrolló buena condición en los primeros tercios. Cuando acertó a bajarle la mano Cayetano, llegó lo más lucido de su labor en la muleta, tercio en el que el toro embistió más informal pero con nobleza siempre. La estocada con la que lo tumbó puso en manos la oreja.
José Antonio Morante de
El primer zalduendo de la tarde fue devuelto por su flojedad en el tercio de varas. Enrique Ponce se las vio con un sobrero de Román Sorando, que se quedó muy corto y le costó un mundo desplazarse en las telas. Por el izquierdo además desarrolló complicaciones. El valenciano, muy profesional, trató de levantar faena por ambos pitones y fue ovacionado tras matarlo de una estocada.
Fuente: Aplausos. es
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