domingo, 10 de junio de 2012

Madrid, día 6 de junio de 2012

Ficha técnica:

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Las Ventas de Madrid, lleno de "No hay billetes", toros de Núñez del Cuvillo y Victoriano del Río (3º y 4º), desiguales de presentación. Segundo y quinto más lavados de cara. 1º) Manejable. 2º) Manso, encastado. 3º) Bravo, encastado. 4º) Brusco, bruto. 5º) Geniudo, sin clase. 6º) Bueno por el pitón derecho.
Las dos rayas concéntricas del tercio lucieron en color rojo por expreso deseo de Morante de la Puebla, para recuperar una antigua tradición de la beneficencia.

Morante de la Puebla (de verde y oro): Silencio y pitos.

Jose Mari Manzanares (de azul marino y oro): Silencio en ambos.

Alejandro Talavante (de grana y oro): Oreja y oreja.

Crónica:
Alejandro Talavante ha abierto la puerta grande de la plaza de toros de Las Ventas de Madrid en la tradicional Corrida de Beneficencia tras cortar una oreja a cada toro de su lote. El extremeño, valiente, templado e inspirado por momentos, paseó un trofeo de su primero, un buen animal de Victoriano del Río, y otro del que cerró plaza, un manejable astado de Núñez del Cuvillo. Junto a Talavante actuaron Morante de la Puebla, que abrevió con sus dos toros y Manzanares, que pechó con un lote de escasas prestaciones dentro de una tarde en la que el viento molestó muchísimo.

Así vivimos la crónica, toro a toro, del festejo:

1º) El fuerte viento que azotó durante la lidia del toro que abrió plaza no dejó estar a gusto a Morante de la Puebla, que abrevió en una faena en la que apenas pudo esbozar retazos de su torería con la muleta sobre el pitón derecho. Con el capote quedó inédito y, al natural, apenas dibujó uno de buen trazo. Mató con más habilidad que lucimiento.

2º) No hubo comunión entre público, torero y toro en el segundo turno. El de Cuvillo, que manseó en el primer tercio, sacó cierto fondo de casta y genio en la muleta, que fue manejada con desigual templanza por Manzanares. Al alicantino, que logró los mejores pasajes en las primeras series sobre el pitón derecho -una de ellas fue rematada con un bonito trincherazo-, le costó convencer a cierto sector del público, que reprochó constantemente su colocación ante el toro, que fue despenado de una sensacional estocada.

3º) Alejandro Talavante cortó una oreja del tercero, un remiendo de Victoriano del Río de importante y brava condición. Al animal, que embistió siempre con transmisión, humillado y con la cara muy bien colocada, sólo le faltó desplazarse un tranco más en los finales de los muletazos pero, aun así, dejó lucirse al extremeño en algunos pasajes de su emocionante faena. Talavante, que antes quitó por chicuelinas coronadas con un precioso remate a una mano, dejó varios naturales de entidad dentro de un conjunto presidido fundamentalmente por el valor, expresado en el tremendo cambiado con el que arrancó la faena en el tercio, una ceñida arrucina y un parón en el que aguantó lo indecible. Mató de buena estocada y descabello.

4º) De la lidia del cuarto, un zambombo de Victoriano del Río, quedará sólo para el recuerdo el arrebujado y torerísimo quite por chicuelinas que instrumentó Morante. Luego, hubo un bello muletazo en el inicio de la faena de muleta pero después, la nada. El animal embistió con brusquedad, a media altura y sin clase y no inspiró al genio de La Puebla quien, de nuevo muy molestado por el viento, decidió abreviar.

5º) El quinto embistió soltando la cara y con un punto de genio. Ante él anduvo tesonero y voluntarioso Manzanares, que trató de hacer romper hacia adelante a su enemigo, pero éste dijo nones impidiendo que la faena del alicantino pudiera calar en el tendido. Mató de una soberbia estocada. Antes, se lucieron en el segundo tercio Juan José Trujillo y Luis Blázquez -banderilleando- y Curro Javier -con la capa-.

6º) Disposición, temple, valor e improvisación. Esas fueron las virtudes principales de la faena que cerró festejo, obra de Alejandro Talavante, que sumó un nuevo trofeo y abrió la puerta grande. Su faena, iniciada con estatuarios, pareció que iba naufragar en el inicio sobre la mano zurda, pero de mitad de faena en adelante, sobre la diestra, cuajó tres tandas redondas, con el toro embistiendo mejor por ese lado y rematando con vistosos detalles. De entre esos remates, destacó especialmente un cambio de mano y, sobre todo, un pase de pecho templadísimo, de pitón a rabo y rematado en la hombrera contraria.

Fuente: Aplausos.es









Fuente: Aplausos.es

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