Plaza de toros "Coso de los Califas" de Córdoba. Feria de la Salud. Tres cuartos de plaza. Se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, buenos, el 5º encastado.
Juan Serrano "Finito de Córdoba" (de azul marino y oro): Oreja y palmas.
Morante de la Puebla (de catafalco y plata): Dos orejas y dos orejas y rabo.
Jose Mari Manzanares (de nazareno y oro): Ovación con saludos y palmas.
Crónica:
La tarde de Morante en Córdoba ha sido
histórica. Cuatro orejas y un rabo ha sido el balance del sevillano, que ha
enloquecido a la afición del Coso de los Califas con su toreo de inspiración y
sentimiento y que hacían más de veinte años que no veían cortar los máximos trofeos.
Inmensa fue la faena frente al segundo de la tarde, un toro
noble por el pitón derecho. Tanto en el recibo a la verónica como en un quite,
el sevillano firmó un toreo a la verónica excelso. Faena templada con la
muleta, de mucha plenitud, sentida y con mucha despaciosidad. Todo muy ligado y
bien rematado. Final con ayudados, molinetes, kikirikís. Mató de media
estocada. Dos orejas. La plaza fue una locura entregada a la inspiración de
Morante.
Morante volvió a enloquecer al coso de Los Califas en una
faena sin igual premiada con las dos orejas y el rabo. El sevillano cuajó al
encastado quinto, un buen toro de Juan Pedro. Sensacional el torero con el
capote y variado a la vez, llevando al toro al caballo en un galleo por
chicuelinas de mucha torería. Faena ligada en un palmo de terreno, artista, con
adornos que valían su peso en oro. Toreo de mucha improvisación y genialidad en
los adornos. Media estocada fulminante. Dos orejas y rabo.
El primero de la tarde en Córdoba fue un toro noble que
permitió a Finito estar a gusto. Lo recibió el de la tierra con una larga
cambiada en el tercio, seguida de buenas verónicas. Faena con la muleta de buen
gusto, suavidad, casi toda sobre la diestra. Dejó algún natural suelto.
Estocada caída y dos descabellos. Cortó una oreja, que se la dio inmediatamente
a su cuadrilla.
No tuvo opciones Finito con su segundo, muy apagado y de
escaso fuelle con el que apenas dejó algún muletazo suelto. Brindó la faena a
sus compañeros.
Manzanares nada pudo hacer con el descastado y flojo
tercero. Faena de tandas cortas sobre la diestra. Se apagó pronto el toro y la
faena no remontó. Dos pinchazos, media y dos descabellos. El sexto fue un toro
noble que se vino pronto abajo y con el que Manzanares no logró alcanzar las
cotas artísticas deseadas. Pobre lote el que tuvo el alicantino en Córdoba.
Fuente: Aplausos.es
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