sábado, 30 de julio de 2011

Santander, día 29 de julio de 2011

Ficha técnica:

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Santander. Lleno. Toros de El Pilar, desigual de tipo, de buena condición salvo el primero, pero sin terminar de romper del todo.

Morante de la Puebla (de grosella y azabache): bronca y ovación.

Leandro (de verde botella con remates negros y oro): silencio tras aviso y ovación.

José María Manzanares (de azul añil y oro): oreja con fuerte petición de la segunda y ovación tras aviso.

Crónica:
Firmó una tarde de dulce. No rotunda, porque su lote tampoco lo permitió, pero Manzanares fue el protagonista de la antepenúltima de la Feria de Santiago, en la que dejó detalles grandes. Con una corrida de El Pilar ni mala ni buena sino todo lo contrario, el capote de Morante en el cuarto sirvió de paraguas para amortiguar la bronca del primero mientras Leandro tiró de voluntad hasta pegarse en su segundo un serio arrimón.

La oreja de Manzanares en el tercero fue premio escaso si nos atenemos a lo realizado por el torero alicantino con un toro bueno y con mucha calidad de El Pilar al que cuidó y dosificó el torero alicantino, que nunca lo apretó en un inicio de faena de gran sutileza, acompañando muy despacio y profundo la embestida del toro. No hubo violencia ni tirones, tampoco con la mano zurda, con la que ligó de uno en uno, girando y perdiendo pasos, para rematar por circulares invertidos de gran limpieza -como si fueran peses de pecho- cuando el toro se rajó. Mató recibiendo pero incomprensiblemente, el presidente sólo condeció una oreja.

El que cerró plaza fue un colorado muy en tipo, el mejor por calidad y bravura, pero sus cualidades quedaron mermadas por su escasa fortaleza. Manzanares lo mimó, lo condujo despacio, de dulce, pero su faena careció de la emoción que el toro no tuvo y en cuanto hubo algún elemento que rompiese el ritmo del muletazo, el toro se fue al suelo. Dejándole respirar consiguió hilvanar dos series con la derecha de gran belleza antes de una gran estocada previa a un pinchazo y una sincera ovación de reconocimiento.

Morante de la Puebla ha abreviado con el animal de El Pilar que ha abierto plaza. El torero sevillano, molestado por el viento y contrariado por el comportamiento del toro, tocó pronto los costados a su primer oponente, animal cuesta arriba y cornicorto, que ya no descolgó en el capote, y se ha llevado una fenomenal bronca del público cántabro. Cambió la decoración en el cuarto, al que Morante lanceó pegado a las tablas de forma insuperable. Hubo cuatro lances de ensueño y un buen quite antes del inicio por alto sentado en tablas. El toro tuvo mejor inicio que final de muletazo, por el izquierdo repuso y la faena no rompió pese a que hubo momentos estimables.

El primero de Leandro tuvo otras hechuras, pero se quedó corto en el capote y resultó incómodo y desagradable en la muleta del pucelano, pues fue un animal rebrincado, que soltó la cara y se defendió pegando cabezazos. El torero puso voluntad antes de fallar repetidamente con los aceros. Al quinto, que cogió de mala manera a Manuel Soto sin herirlo, le ligó cuatro series con la mano derecha interesantes por ligazón, con el toro repitiendo, pero debido al viento hubo de torearlo cerrado en tablas y cuando cogio la izquierda, el toro se vino abajo, el acople no fue el mismo, y el torero hubo de recuperar la intensidad con un sincero arrimón.

Fuente: Mundotoro.com







Fuente: Mundotoro.com

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