Plaza de toros de Guadalajara. Dos tercios de plaza. Se lidiaron toros de Hermanos Sampedro para rejones, manejables y de Zalduendo para lidia a pie, nobles, bajos de raza y justos de fuerza.Mejor el Nº 50, deslucido el 6º y se dejaron el resto.
Diego Ventura: Oreja en ambos.
Enrique Ponce (de grana y oro): Oreja y dos orejas.
Morante de la Puebla (de verde y oro): Oreja y silencio tras aviso.
Crónica:
Importante tarde de Enrique Ponce, que sacó toda su
técnica y torería a pasear para imponerse a un lote justo de raza, al que acabó
cuajando faenas de una gran belleza.
El primero del valenciano fue un toro noble, bajo
de raza y justo de fuerza. Alarde de técnica, pulso, estética y gusto en la
media altura de Enrique Ponce. Manejo exquisito, afianzando a su oponente para
atacarlo al final sobre el pitón derecho y firmar dos tandas ligadas.
Prodigioso temple del valenciano. Estocada desprendida. Oreja.
Faena majestuosa y bella de Enrique Ponce al
quinto, un toro de Zalduendo bueno, noble, justo de raza pero con calidad. A
gusto Ponce que firmó una labor plena de naturalidad, temple, reunión. Torería
en la manera de llenar la escena y de llevar al toro dominado pero sin forzarlo
para administrarlo. Variada la faena: a pies juntos, a compás abierto. Una
delicia. Muy sutil todo, muy sugerente. Los ayudados sobre ambas manos de
cartel. Estocada. Dos orejas.
Con el tercero se vio a un Morante en estado puro.
Faena de una decisión aterradora. Toro de Zalduendo muy noble, al límite de
raza frente al cual, el de La Puebla estuvo muy metido, asentado y puesto. Una
segunda parte de faena extraordinaria con tres series en redondo de gran
torería. Suavidad, majeza, hondura. Fantasía de Morante en una faena de menos a
más. Estocada desprendida. Oreja.
Gran toreo con el capote de Morante al sexto,
primorosos los lances a la verónica con las yemas de los dedos y un público
puesto en pie. El toro salió del peto con la cara alta, punteando y sin
entregarse. De nuevo latió la decisión de Morante, que tiró de garra para, a
base de temple y planta, asentado, logró extraer muletazos de buena factura,
con su personal acento. Se esfumó el premio por errar con el estoque de forma
reiterada. Silencio tras aviso.
Bueno fue el toro para rejones de Sampedro, que
tuvo ritmo aunque con la raza justa. Diego Ventura cuajó una faena sin fisuras,
de experimentado lidiador. Obra basada a lomos de Nazarí, templando a cámara
lenta y arriesgando. Mucha intensidad con momentos muy plásticos. Oreja tras
pinchazo y rejonazo.
El cuarto, de Sampedro, fue un toro noble, con
fijeza, pero aplomado. Diego Ventura cuajó una faena de poner todo de su parte,
sacando gran partido a su cuadra. Torería y raza sobre un técnico Chalana;
Magnífico sobre Oro en batidas al pitón contrario a un toro parado; Un par a
dos manos por dentro sobre Remate, con el que clava rosas al violín y un
rejonazo precedido de un pinchazo. Faena de sitio, seguridad y compromiso.
Oreja con petición.
Fuente: Aplausos.es
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