domingo, 21 de agosto de 2011

Cuenca, día 20 de agosto de 2011

Ficha técnica:

Ficha del festejo:
Plaza de toros de Cuenca. Más de tres cuartos de entrada. Toros de Sánchez Arjona de bonita presentación y nobles pero justos de raza y fondo.

Javier Conde (de verde y azabache): silencio y oreja tras aviso.

Morante de la Puebla (de fucsia y oro): ovación con saludos en ambos.

Miguel Ángel Perera (de rosa palo y oro): silencio y silencio tras aviso.

Crónica:
La espada te da o te quita. Puede, en ocasiones, ser el colofón a una faena importante, puede que sea ese punto que falta en una faena intermedia para animar a un público a pedir la oreja, o puede, echar al traste, una faena cuidada, elaborada, o simplemente redonda. Esta tarde en Cuenca, la espada dio y quitó. Dio la oreja a un Conde en su esencia más pura y que tuvo la gran fortuna de meterla, en buen sitio y hasta la bola y quitó a Morante, en su 'versión más dispuesta' y a Perera en su 'versión más suave y cuidadosa' en el sexto de la tarde. Y en conjunto, quitó orejas, que no importancia a las faenas de los de la Puebla, del Río y de Prior, que una cosa no quita la otra. Los toros de Sánchez Arjona cumplieron con nota la presentación, con notable su condición y con suspenso, la fuerza.

Como decía, hoy, a Javier Conde, la espada le dio. Tras estar desconfiado y sin sitio en el primero de la tarde, le salió la vergüenza torera ante el cuarto, pero le duró lo que dura un suave saludo capotero, un arrebatado inicio de faena y un estético final de trasteo con ayudados por alto. En el resto de faena, la perdió y sólo sacó muletazos sueltos, en ocasiones enganchados y buscando la complicidad con el tendido de sol. Si bien está decir que el toro no fue de humillar, pero algo más que bailar delante de él, se podía hacer. Bailó, gustó e hizo un esfuerzo, siempre con su sello y firma. Cortó una oreja, la primera de la tarde tras un aviso y gran estocada.

Morante, en su versión dispuesta, esta tarde quiso toro... y la espada le negó tocar aunque fuese una oreja de ese toro. En su primero regaló un buen ramillete de verónicas en el comienzo de capote, de trazo perfecto y mucha suavidad, un toro precioso de hechuras, lo justo y mejor presentado que en otras plazas de misma categoría. El toro de Arjona ayudó y embistió con buen son, haciéndolo también en los primeros compases de muleta, sobre todo por el pitón derecho, por el que sobresalieron dos tandas de mucha suavidad. El torero estuvo dispuesto, ante un toro noble pero que se acabó pronto. El esfuerzo se pudo ver recompensado de no ser porque pinchó tres veces antes de dejar una media. Ovación con saludos.

Y en el quinto, más de lo mismo, la espada, volvió a robarle el triunfo a Morante. Siguió en su versión más dispuesta y de nuevo pechó con un toro venido a menos, que se apagó enseguida además de defenderse calamocheando por su escasa fuerza. El de la Puebla aguantó parones durante la muleta, se mostró firme y confiado. Si hay que destacar algo, dos tandas en los medios, por el derecho, despacio, empacadas, de sabor, de ese sabor que todos nos imaginamos cuando se habla de un buen toreo de Morante. Seguro que saben de qué hablo. Quiso matar recibiendo y encontró hueso. Tras descabellar, saludó una ovación.

La faena de Perera al sexto fue la más completa técnicamente de la tarde, y al pacense, el estoque le quitó. Cuidó y mimó al máximo a un noble toro de Sánchez Arjona pero también justo de fuerza que fue protestado en banderillas. El mimo, los tiempos y el pulso, fue clave para un trasteo que cogió poco a poco vuelo y que trascendió a los tendidos de manera progresiva, cuando Perera fue capaz de llevar largo a base de paciencia al de Arjona y destacando también en cercanías. Estuvo todo lo técnico y suave que no estuvo con la espada. Bien presentado el que hizo tercero, su mayor virtud fue la nobleza, pero estuvo justo y con poco empuje. Perera realizó una faena suave, dándole tiempos y bien estructurada que tuvo más contenido por el pitón derecho, por donde llegó lo que más trascendió a los tendidos, sobre todo a los de sol. Quiso adornarse en cercanías y toreando por circulares, pero no tenía toro a esas alturas.

Fuente: Mundotoro.com











Fuente: Ernesto Naranjo, aplausos.es

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